DESDE 1992, AÑO EN QUE VINE A VIVIR A JEREZ, CADA PRIMAVERA, SUFRIMOS LA CAIDA DE LA FLOR DE LA JACARANDA, QUE LLENA LOS SUELOS, AUTOMOVILES Y CONTENEDORES, DE NUESTRA URBANIZACIÓN Y QUE HACE QUE CUANDO SE PISAN, QUEDEN ADHERIDAS A LAS SUELAS DE LOS ZAPATOS QUE LAS TRANSPORTAN QUIERAS O NO AL INTERIOR DE NUESTRAS VIVIENDAS. AMÉN DE QUE CUANDO QUEDAN EN LOS PARABRISAS DE LOS VEHICULOS APARCADOS EN LA CALLE, DEJAN SU RESINA EN LOS MISMOS, Y NO HAY DÍA QUE NO HAYA QUE IR CON EL CUBO, LA ESPONJA Y EL TRAPO, PARA LIMPIAR Y SECAR LOS MISMOS.
EL OTRO DIA, SE EFECTUÓ LA PODA DE LOS ARBOLES A CARGO DE LOS JARDINEROS MUNICIPALES, Y COMENTANDO QUE PORQUE EN VEZ DE PODARLOS, NO LOS CORTABAN EN EL NÚCLEO DONDE RAMIFICAN, NOS DECIAN, QUE NO ENTENDIAN LA CANTIDAD DE JACARANDAS PLANTADAS EN JEREZ, NO SIENDO ESTE UN ARBOL PRECISAMENTE PARA ESTAR EN CALLES DE PUEBLOS Y CIUDADES, ADEMÁS DE LA RESINA QUE DEPOSITAN Y LA SUCIEDAD QUE ORIGINAN.
POR LO VISTO EN LAS DISTINTAS ÉPOCAS EN LAS QUE SE PLANTARON, SERÍAN DEMASIADO ASEQUIBLES DE PRECIO O HABRÍA EXCESIVO INTERÉS EN QUE TUVIERA JEREZ EN PRIMAVERA, ESE COLOR MORADO QUE TANTO LE IDENTIFICA CON SU PASIÓN COFRADIERA.
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